Formación católica
La añadidura.
El Señor ya nos ha dicho que primero busquemos el Reino de Dios y su justicia, y que todo lo demás se nos dará por añadidura.
Por eso el católico bien formado no es un ser que piense solamente en el
Cielo y se desentienda del orden temporal, sino que pensando en el
Cielo y trabajando por la salvación de las almas, también interviene en
la vida social y temporal del mundo, para hacer de ella una antesala del
Paraíso.
Así que un católico es el mejor hombre para todas las cosas, tanto para
lo sobrenatural, como para lo terrenal, porque entiende bien que ambos
estados se complementan y trabajar por lo material y temporal, ayuda a
alcanzar los bienes espirituales.
Porque Cristo debe reinar también en las sociedades y en todas las
actividades de los católicos. ¡Ay del católico que es católico sólo en
su vida privada, pero que en la vida pública piensa y actúa como un
pagano!
Claro que debemos saber que si en este mundo queremos ser fieles a
Cristo en todo, tendremos enemigos y persecuciones, porque el mundo es
de Satanás y él no quiere que Cristo reine en la tierra, y por eso
suscitará toda clase de contratiempos y adversidades contra nosotros.
Pero ¡qué más da! ¿No ha dicho Cristo que quien quiera salvar su vida en
este mundo, perderá la vida eterna? ¿Y qué esperamos para lanzarnos a
la batalla, sin respetos humanos y diciendo la verdad a todos y en todas
partes?
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