martes, 6 de agosto de 2013

El secreto...

De pecadores a santos

El secreto: el amor. 
No es muy difícil pasar de ser pecador a ser un gran santo, pues basta que amemos mucho. ¿Acaso la Magdalena no lloró su pecado y fue perdonada de TODO porque amó completamente?
Así también nosotros seremos perdonados de todos nuestros pecados si amamos mucho a Dios.
Cuando sepamos amar, lo sabremos todo.
Hay algunos que cifran su santidad en las penitencias que hacen, o en las oraciones, y también en el trabajo de las virtudes. Pero hay que saber que quien nos hace santos es Dios, y si Le amamos, Él se encargará de hacernos santos.
El camino más fácil y más corto para la santidad es el amor. Así lo entendieron los grandes pecadores como la Magdalena, y también lo entendió Santa Teresita del Niño Jesús y muchos otros santos que fueron “pequeños” porque eligieron el “caminito” del amor.
Debemos reconocer que los hombres nos hemos vuelto muy débiles con el pasar de los tiempos, y ya no estamos muy bien preparados, tal vez, para grandes penitencias. Es por eso que en estos últimos tiempos el Señor nos ofrece un camino a la santidad accesible a todos, absolutamente a todos, y es el camino del amor. Cualquiera lo puede seguir y es muy dulce el seguirlo, porque en definitiva es el corazón de la santidad: amar a Dios con todo nuestro ser, que de eso se trata la santidad.
Empecemos a amar a Dios, con todas las fuerzas, sabiendo que Él es bueno. Y no esperemos a ser perfectos para amarlo, pues no lo amaremos nunca. Sino comencemos a amarlo mucho así como somos, que Él nos irá quemando en el horno ardiente de su misericordia todos nuestros pecados, defectos y miserias.
Dios busca amor en sus criaturas, porque Él lo tiene todo, pero no tiene nuestro corazón, y es eso lo que quiere. Debemos dárselo.

lunes, 5 de agosto de 2013

Reflexiones...


UN NUDO DE AMOR 
En una junta de padres de familia de cierta escuela, la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos. También pedía que se hicieran presentes el máximo de tiempo posible. Ella entendía que, aunque la mayoría de los padres y madres de aquella comunidad fueran trabajadores, deberían encontrar un poco de tiempo para dedicar y entender a los niños.
Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, en forma humilde, que él no tenia tiempo de hablar con su hijo durante la semana. Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo. Cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya no estaba despierto. Explicó, además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia.
Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba redimirse yendo a besarlo todas las noches cuando llegaba a su casa y, para que su hijo supiera de su presencia, él hacía un nudo en la punta de la sabana que lo cubría. Eso sucedía religiosamente todas las noches cuando iba a besarlo.

Cuando el hijo despertaba y veía el nudo, sabía, a través de él, que su papá había estado allí y lo había besado. El nudo era el medio de comunicación entre ellos.
La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando constató que el hijo de ese padre era uno de los mejores alumnos de la escuela.
El hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas  pueden hacerse presentes y comunicarse entre sí.
Aquel padre encontró su forma, que era simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía, a través del nudo afectivo, lo que su papá le estaba diciendo.
Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que nos olvidamos de lo principal, que es la comunicación a través del sentimiento.
Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban, para aquel hijo, muchísimo más que regalos o disculpas vacías.
Es válido que nos preocupemos por las personas, pero es más importante que ellas lo sepan, que puedan sentirlo.
Para que exista la comunicación es necesario que las personas "escuchen" el lenguaje de nuestro corazón, pues, en materia de afecto, los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras. Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el raspón en la rodilla, el miedo a la oscuridad.
Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben registrar un gesto de amor. Aunque ese gesto sea solamente un nudo.

Micro-reflexión:
"El amor, para que sea auténtico, debe costarnos. "
Madre Teresa de Calcuta

Papa Francisco...


and the face...


Mensaje de confianza...

Mensaje de confianza

Rezar por las necesidades temporales 
La confianza, como acabamos de describirla, no nos desobliga de la oración. En las necesidades temporales no basta esperar los socorros de Dios, es menester además pedírselos.
Jesucristo nos dejó en el Padrenuestro el modelo perfecto de la oración; ahí Él nos hace pedir el “pan de cada día”: “El pan nuestro de cada día dánosle hoy”.
Con respecto al deber de la oración ¿no habrá frecuentemente negligencia nuestra? ¡Qué imprudencia y qué locura! Nos privamos así, por liviandad, de la protección de Dios, la única soberanamente eficaz. Los capuchinos, dice la leyenda, nunca murieron de hambre, porque recitan siempre piadosamente el Padrenuestro. Imitémoslos y el Altísimo no dejará que nos falte lo necesario.
Pidamos, pues, el pan cotidiano. Es una obligación que nos impone la fe y la caridad para con nosotros mismos. ¿Podremos, no obstante, elevar nuestras pretensiones y pedir también la riqueza?
Nada se opone a eso, siempre que esa oración se inspire en motivos sobrenaturales y quedemos sumisos a la voluntad de Dios. El Señor no prohíbe la expresión de nuestros deseos; por el contrario, quiere que actuemos filialmente con relación a Él. No esperemos, sin embargo, que Él se doblegue a nuestras fantasías; su Bondad a ello se opone. Dios sabe lo que nos conviene. Sólo nos concederá los bienes de la tierra si pueden servir para nuestra santificación.
Abandonémonos completamente a los designios de la Providencia y recitemos la oración del Sabio: “No me des ni pobreza ni riquezas, dame solamente lo necesario para vivir. No sea que, viéndome sobrado, me vea tentado a renegar y diga: ¿Quién es el Señor? O bien que, acosado de la necesidad, me ponga a robar y a perjurar el nombre de Dios”. 
 (De "El Libro de la Confianza", P. Raymond de Thomas de Saint Laurent) 
Comentario: 
Algunos piden a Dios sólo bienes materiales y temporales. Otros, por el contrario, piden sólo bienes espirituales. Son dos extremos y como siempre la virtud está en medio, pues es necesario pedir tanto los bienes temporales como los espirituales, ya que no somos solo cuerpo o sólo alma, sino compuesto de cuerpo y alma.
El Señor nos ha enseñado a pedir en el Padrenuestro el pan cotidiano. Él quiere que pidamos el pan “hoy”, cada día, porque si lo tuviéramos todo de una vez, seguramente nos olvidaríamos de Dios y de que es Él quien nos provee del alimento, y además derrocharíamos mucho. Por eso también el maná llovía en el desierto y los israelitas cada día debían recoger su ración para el día.
Dios quiere que le recemos todos los días, y si en el Padrenuestro nos manda que le pidamos el pan cada día, es porque quiere que recemos el Padrenuestro todos los días, cada uno de nuestros días en la tierra.
Y no es que el Señor necesite de nuestras oraciones, sino que somos nosotros quienes necesitamos de las oraciones, porque Dios ha hecho un pacto de que se compromete a dar todas las gracias necesarias, pero a condición de que se las pidamos por la oración. Quien no reza, no recibe; o si recibe lo desaprovecha y lo pierde, si no en el tiempo, sí en la eternidad.
No está mal que pidamos riqueza material, siempre y cuando ello nos ayude a ser mejores y más santos, a socorrer a los hermanos. Pero primero debemos pedir para el alma, porque así como el alma es más importante que el cuerpo, también la oración más importante es la que se hace por lo espiritual, que vale más que lo temporal.

Confiemos en Dios y abrámosle el corazón. No tengamos miedo de Dios, de pedirle lo que queremos, incluso riqueza material, con sinceridad, que si el Señor ve que eso es bueno para nosotros, no sólo lo concederá, sino que lo hará en medida sobreabundante, y quedaremos admirados de la bondad del Señor para con nosotros.

domingo, 4 de agosto de 2013

Papa Francisco...

Papa Francisco dice que los jóvenes siguen a Jesucristo y no al papa


El papa Francisco se refirió este domingo a su reciente viaje a Brasil en ocasión de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), y afirmó que "los jóvenes no siguen al papa sino a Jesucristo".


"El domingo pasado estaba en Brasil. La santa misa y las Jornadas Mundiales llegaban a su fin. No lo olvidemos jamás: los jóvenes no siguen al papa, siguen a Jesucristo", dijo el papa ante miles de personas durante la plegaria del Angelus en la plaza San Pedro.

"El papa guía y acompaña a los jóvenes en el camino de la fe y la esperanza", añadió, asegurando que los "jóvenes son particularmente sensibles a la ausencia de valores que los rodea".
Francisco improvisó después unas palabras, que no figuraban en su discurso oficial, para agradecer "al generoso pueblo" brasileño por la acogida que le brindaron durante la semana que pasó en Rio de Janeiro.
Hace una semana, el papa Francisco celebró el cierre de las JMJ de Rio frente a una impresionante multitud en la playa de Copacabana. El portavoz del Vaticano había indicado que más de 3 millones de fieles, peregrinos de las JMJ o habitantes de Rio, asistieron a aquella misa.
Durante el primer viaje al extranjero del Sumo Pontífice, el papa de 76 años multiplicó los encuentros con los jóvenes pero también con los habitantes de las favelas brasileñas, así como con ex drogadictos o detenidos.
A su regreso al Vaticano, el papa argentino aseguró que su "alegría es mucho más grande que el cansancio" acumulado tras el periplo de una semana.

Meditación de hoy...

MEDITACIÓN DE HOY
Dar gusto a Dios. 
Muchos hay, por el contrario, que quieren servir a Dios, pero en tal empleo, en aquel lugar, con determinados compañeros, en ciertas circunstancias; de otro modo, o no lo sirven o lo hacen de mala gana. Estos tales no disfrutan de la libertad de espíritu, sino que son esclavos del amor propio y, por ende, poco o ningún mérito tienen de cuanto hacen; viven inquietos porque, de suave que es, tornan en pesado el yugo de Jesucristo. Los verdaderos seguidores de Jesucristo buscan sólo lo que a Él le place y porque a Él place; cuando quiera, donde quiera y como quiera Jesucristo; sea que los quiera emplear en ministerios honrosos o bien en oficios viles y despreciables. Esto es amar a Cristo con puro amor y en esto debiéramos emplear todas nuestras fuerzas, combatiendo los desordenados apetitos del amor propio, deseosas siempre de lucimientos en grandes cosas, de mucha honra y conformes a nuestros gustos naturales. 
“Práctica de amor a Jesucristo” – San Alfonso María de Ligorio 
Comentario: 
Si queremos ser santos tenemos que amar a Dios y darle gusto, porque todo lo que hacemos, decimos y pensamos, siempre, siempre debe ser para darle gusto al Señor.
No miremos tanto nuestro gusto o provecho, sino más bien el gusto de Dios y el provecho de la salvación de las almas, porque para ser santos no es difícil, basta que hagamos coincidir nuestra voluntad con la Voluntad de Dios.
Y aquí quiero copiar una frase dicha por San Juan Bosco, que viene al caso de lo que decimos en este tema de hacer lo que Dios quiere: “Hace mucho el que hace poco, pero hace lo que debe. No hace nada el que hace mucho, pero no hace lo que debe hacer”.
Y es justamente una gran verdad que nunca debemos perder de vista, pues a cada momento tenemos que enderezar nuestra voluntad para hacerla coincidir lo más posible con la Voluntad de Dios, porque si no hacemos lo que Dios quiere que hagamos, entonces no estamos haciendo nada absolutamente, pues nuestra actividad no tiene valor para el Cielo.
Y muchas veces tenemos la tentación de creer que si no estamos rezando o meditando o haciendo algún acto de piedad, no estamos unidos a Dios. Pero esto no es así, sino que si estamos cumpliendo con nuestro deber, en cualquier circunstancia o actividad que nos hallemos, estamos con Dios. Y otros que se la pasan rezando todo el día y en el templo, quizás, si esa no es la voluntad de Dios, están equivocando el camino.
Por eso es tan importante que sepamos secundar las inspiraciones de la gracia, las mociones del Espíritu Santo y los consejos y guías de nuestro Ángel Custodio, para saber en cada momento lo que debemos hacer para agradar a Dios. Porque ser santo quiere decir amar a Dios, y quien ama, quiere complacer en todo al amado. Si queremos amar a Dios, debemos complacerlo en todo, y ésa es la santidad.