miércoles, 16 de septiembre de 2015

Una muy bella historia...

Conversión de María, la pecadora, en la hora de la muerte

Se cuenta en la vida de sor Catalina de San Agustín que en el mismo lugar donde vivía esta sierva de Dios habitaba una mujer llamada María que en su juventud había sido una pecadora y aún de anciana continuaba obstinada en sus perversidades, de modo que, arrojada del pueblo, se vio obligada a vivir confinada en una cueva, donde murió abandonada de todos y sin los últimos sacramentos, por lo que la sepultaron en descampado. 
Sor Catalina, que solía encomendar a Dios con gran devoción las almas de los que sabía que habían muerto, después de conocer la desdichada muerte de aquella pobre anciana, ni pensó en rezar por ella, teniéndola por condenada como la tenían todos. 
Pasaron cuatro años, y un día se le apareció un alma en pena que le dijo: 
– Sor Catalina, ¡qué desdicha la mía! Tú encomiendas a Dios las almas de los que mueren y sólo de mi alma no te has compadecido. 
– ¿Quién eres tú? –le dijo la sierva de Dios. 
– Yo soy –le respondió –la pobre María que murió en la cueva. 
– Pero ¿te has salvado? –replicó sor Catalina. 
– Sí, me he salvado por la misericordia de la Virgen María. 
– Pero ¿cómo? 
– Cuando me vi a las puertas de la muerte, viéndome tan llena de pecados y abandonada de todos, me volví hacia la Madre de Dios y le dije: Señora, tú eres el refugio de los abandonados; ahora yo me encuentro desamparada de todos; tú eres mi única esperanza, sólo tú me puedes ayudar, ten piedad de mí. La santa Virgen me obtuvo un acto de contrición, morí y me salvé; y ahora mi reina me ha otorgado que mis penas se abreviaran haciéndome sufrir en intensidad lo que hubiera debido purgar por muchos años; sólo necesito algunas misas para librarme del purgatorio. Te ruego las mandes celebrar que yo te prometo rezar siempre, especialmente a Dios y a María, por ti. 
("Las Glorias de María" - San Alfonso María de Ligorio).

martes, 15 de septiembre de 2015

Número...

El número de la bestia: 666

tentaciondejes
Milán, 17 de junio de 1989
Sábado
El número de la bestia: 666
“Hijos predilectos, comprended ahora el designio de vuestra Madre Celeste, la Mujer vestida del Sol, que combate, con su ejército, en la gran lucha contra todas las fuerzas del mal, para obtener su victoria, en la perfecta glorificación de la Santísima Trinidad.
Combatid Conmigo, pequeños hijos, contra el Dragón, que trata de llevar a toda la humanidad contra Dios.
Combatid Conmigo, pequeños hijos, contra la bestia negra, la masonería, que quiere conducir las almas a la perdición.
Combatid Conmigo, pequeños hijos, contra la bestia semejante a un cordero, la masonería infiltrada dentro de la vida eclesial, para destruir a Cristo y a su iglesia.
Para lograr este objetivo ella quiere construir un nuevo ídolo, es decir, un falso Cristo y una falsa Iglesia.
La masonería eclesiástica recibe órdenes y poder de las varias logias masónicas y actúa para conducir secretamente a todos a formar parte de estas sectas secretas.
Así pues, solicita a los ambiciosos con la perspectiva de fáciles carreras; colma de bienes a los hambrientos de dinero; ayuda a sus miembros a sobresalir y a ocupar los puestos más importantes, mientras de una manera disimulada, pero, decidida, margina a todos aquellos que se niegan a participar en sus planes.
En efecto, la bestia semejante a un cordero ejercita todo el poder de la primera bestia en su presencia y obliga a la tierra y a sus habitantes a adorar a la primera bestia.
Sin rodeos, la masonería eclesiástica llega hasta construir una estatua en honor de la bestia y obliga a todos a adorar esta estatua.
–Pero según el primer mandamiento de la Santa Ley del Señor, sólo DIOS debe ser adorado y a Él sólo se debe tributar toda forma de culto.
Entonces se sustituye a DIOS por un ídolo poderoso, fuerte, dominador. Un ídolo tan poderoso como para dar muerte a todos aquellos que no adoren la estatua de la bestia.
Un ídolo tan fuerte y dominador que hace que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, reciban una marca sobre la mano derecha o en la frente, de manera que ninguno pueda comprar o vender sin tener esa marca, es decir, el nombre de la bestia o el número de su nombre.
Este gran ídolo, construido para ser adorado y servido por todos, como ya os he revelado en el mensaje precedente, es un falso Cristo y una falsa Iglesia.
Pero, ¿cuál es su nombre?
–En el capítulo 13 del Apocalipsis está escrito: “Aquí se requiere sabiduría. El que tiene inteligencia calcule el número de la bestia; este número representa la cifra de un hombre. Tal cifra es 666 (seiscientos sesenta y seis)”.
Con la inteligencia, iluminada por la luz de la Divina Sabiduría, se logra descifrar del número 666 el nombre de un hombre y este nombre, indicado por tal número, es el del Anticristo.
Lucifer, la serpiente antigua, el diablo o Satanás, el dragón rojo, se vuelve, en estos últimos tiempos, el Anticristo.
El Apóstol San Juan ya afirmaba que cualquiera que negara que Jesucristo es Dios, es el Anticristo.
La estatua o el ídolo construido en honor de la bestia para ser adorado por todos los hombres, es el Anticristo.
Calculad ahora su número 666, para comprender cómo indica el nombre de un hombre.
El número 333 indica la Divinidad.
Lucifer se rebela contra Dios por soberbia, porque quiere ponerse por encima de Dios.
El 333 es el número que indica el misterio de Dios. Aquél que quiere ponerse por encima de Dios lleva el signo de 666; por lo tanto este número indica el nombre de Lucifer, Satanás, es decir, de aquel que se pone contra Cristo, del Anticristo.
El 333 indicado una vez, es decir por 1, expresa el misterio de la Unidad de Dios.
El 333 indicado dos veces, es decir por 2, indica las dos naturalezas, la divina y la humana, unidas en la Persona Divina de Jesucristo.
El 333 indicado por tres veces, es decir por 3, indica el misterio de las Tres Personas Divinas, o sea, expresa el misterio de la Santísima Trinidad.
Entonces el número 333 enunciado una, dos o tres veces, expresa los Misterios principales de la Fe Católica, que son: 1º) la Unidad y la Trinidad de Dios.
2º) La Encarnación, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Si el 333 es el número que indica la Divinidad, aquel que quiere ponerse por encima del mismo Dios es indicado con el número 666.
El 666 enunciado una vez, es decir por 1, expresa el año 666 seiscientos sesenta y seis.
En este período histórico el Anticristo se manifiesta a través del fenómeno del Islam, que niega directamente el misterio de la Divina Trinidad y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo.
El islamismo, con su fuerza militar, se desencadena por doquier, destruyendo todas las antiguas comunidades cristianas, invade Europa y sólo por una intervención maternal y extraordinaria Mía, solicitada fuertemente por el Santo Padre, no logra destruir completamente la Cristiandad.
El 666 indicado dos veces, es decir por 2, expresa el año 1332, mil trescientos treinta y dos.
En este período de tiempo histórico el Anticristo se manifiesta con un radical ataque a la fe en la Palabra de Dios.
A través de los filósofos, que comenzaron a dar exclusivo valor a la ciencia y luego a la razón, se tiende gradualmente a constituir como único criterio de verdad a la sola inteligencia humana.
Nacen los grandes errores filosóficos que se prolongan a través de los siglos hasta vuestros días.
La importancia exagerada dada a la razón, como criterio exclusivo de verdad, lleva necesariamente a la destrucción de la fe en la Palabra de Dios.
En efecto, con la reforma protestante se rechaza la Tradición como fuente de la Divina Revelación, y se acepta sólo la Sagrada Escritura.
Pero también ésta debe ser interpretada por medio de la razón, y se rechaza obstinadamente el Magisterio auténtico de la Iglesia Jerárquica, a quien Cristo ha confiado la custodia del depósito de la fe.
Cada uno es libre para leer y para comprender la Sagrada Escritura, según su personal interpretación.
De esta manera la fe en la Palabra de Dios es destruida.
Obra del Anticristo, en este período histórico, es la división de la Iglesia, la consiguiente formación de nuevas y numerosas confesiones cristianas, que gradualmente son impulsadas a una pérdida creciente de la verdadera fe en la Palabra de Dios.
El 666 enunciado 3 veces, es decir por 3, expresa el año 1998, mil novecientos noventa y ocho.
En este período histórico, la masonería, ayudada por la eclesiástica, logrará su gran objetivo: construir un ídolo para ponerlo en lugar de Cristo y de su Iglesia.
Un falso Cristo y una falsa Iglesia. Por lo tanto, la estatua construida en honor de la primera bestia, para ser adorada por todos los habitantes de la tierra y que marcará con su sello a todos aquellos que quieran comprar o vender, es la del Anticristo.
Habréis llegado así al vértice de la purificación, de la gran tribulación y de la apostasía.
La apostasía será entonces generalizada porque casi todos seguirán al falso Cristo y a la falsa Iglesia.
¡Entonces será abierta la puerta para la aparición del hombre o de la persona misma del Anticristo!
He aquí, hijos predilectos, por qué os he querido iluminar sobre las páginas del Apocalipsis, que se refieren a los tiempos que vivís.
Para prepararos Conmigo a la parte más dolorosa y decisiva de la gran lucha que se está combatiendo entre vuestra Madre Celeste y todas las fuerzas del mal que se han desencadenado.
¡Valor! Sed fuertes, mis pequeños niños. A vosotros corresponde la misión, en estos años difíciles, de permanecer fieles a Cristo y a su Iglesia, soportando hostilidad, luchas y persecuciones. Pero sois parte preciosa de la pequeña grey, que tiene la misión de combatir y de vencer al fin a la poderosa fuerza del Anticristo.
Os formo, os defiendo y os bendigo a todos.”
(Mensaje de la Virgen al Padre Gobbi, del Movimiento Sacerdotal Mariano)

lunes, 14 de septiembre de 2015

Exhaltación de la cruz...


Cristo crucificado
lunes 14/SEP/15

Evangelio del día.

Jn 3, 13-17.
Exaltación de la Santa Cruz.
Jesús dijo a Nicodemo: “Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo. De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna. Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”.
Reflexión:
Hoy se celebra la Exaltación de la Santa Cruz. Ésta es una fiesta que va claramente a contramano del espíritu del mundo, ya que éste rechaza cada vez más la cruz, es decir, rechaza el sufrimiento redentor y lo trata de reemplazar por la búsqueda exasperada del placer y la comodidad. Pero lo más grave de esto es que dentro del mismo Cristianismo se trata de abolir a veces también la cruz y se vive una vida relajada donde debería haber heroicos cirineos llevando su cruz con valentía. Nosotros tratemos de ser corredentores con Cristo y sepamos claramente que al mundo lo salva solamente el sufrimiento y la oración. 
Es difícil sufrir, pero es el camino para salvarnos y ayudar a salvar a muchas almas. Si Jesús, que es Dios, eligió el camino de la Cruz y nos lo señala a nosotros como único camino para salvarse: “Quien quiera venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga”, es señal de que no hay otro camino. Por eso no pidamos sufrimientos, pero cuando venga alguno tratemos de sobrellevarlo con resignación y ofrecerlo por la salvación propia y de nuestros hermanos. Recordemos que Jesús también tuvo miedo al sufrimiento. En el Huerto de los Olivos sudó sangre por el gran miedo de lo que debería sufrir, pero perseveró en la oración y un ángel lo consoló. También nosotros debemos rezar mucho y seremos consolados y fortalecidos para beber el cáliz de dolor que en esta vida todos más o menos tenemos que beber. 
Pidamos a la Santísima Virgen que nos consuele y nos enseñe a sufrir sin rebelarnos y a saber llevar la cruz con alegría, ya que Ella nos la endulza si le somos fieles. Y que nos ayude a llevar con amor nuestras cruces y nos dé la gracia de entender que nuestros sufrimientos tienen un valor redentor muy grande. 
Jesús, María, os amo, salvad las almas.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Angelus Domini 2015.09.13

Caridad...

Tema de hoy

Caridad para todos.
Uno de los engaños en los que podemos caer en nuestra vida cristiana, es el creer que con sólo amar a Dios, a Cristo, ya estamos salvados. Pero hay que saber que el amor a Dios debe ir acompañado, necesariamente, del amor al prójimo, a TODOS los prójimos, sin excepción. Porque Dios quiere que seamos compasivos y misericordiosos con quienes nos necesiten, y ¡ay de nosotros si somos duros con los hermanos!, porque no se puede decir que uno ama a Jesucristo, si no ama al vecino que tiene al lado, o a quien viene a pedirle un pan a la puerta de la casa.
Nada nos hace lícito el ser duros con los hermanos, y mucho menos el que nos encontremos en la verdadera religión, que es la católica, nos da derecho a despreciar y odiar a nadie, porque Dios es el Padre de todos los hombres, y quiere que entre ellos reine el amor y la concordia.
En definitiva es lo de siempre: no somos capaces de hacer coincidir el ser cristiano con el ser bueno, porque de ello se trata la verdadera religión católica: ser buenos con todos, buenos y justos, pero también misericordiosos como lo es Dios.
Pensemos en esto porque no pocas veces nos decimos cristianos, y amamos mucho a Jesús, pero en la práctica somos duros con los pobres, los necesitados, e incluso con nuestros enemigos, a quienes odiamos en lugar de amarlos como nos manda el Señor.
Si no hacemos así, si no seguimos las enseñanzas del Evangelio, entonces nunca seremos verdaderos discípulos de Jesús, porque Él ha enseñado la caridad para con todos, sin excepción.
¡Ave María purísima!
¡Sin pecado concebida!

viernes, 11 de septiembre de 2015

El nombre de María...

El nombre de María

Dijo Jesús a María Valtorta: 
Cuando nuestro Enemigo trata de fastidiarte demasiado, di: "Dios te salve María, Madre de Jesús, me confío a ti". El demonio tiene todavía más aversión del nombre de María que de mi Nombre y de mi Cruz. No lo logra, pero trata de dañarme en mis fieles de mil maneras. Pero solamente el eco del nombre de María le hace huir. Si el mundo supiera llamar a María, estaría salvado. 
Por tanto invocar nuestros dos nombres juntos es algo poderoso para hacer caer rotas todas las armas que Satanás lanza contra un corazón que es mío.
Y Jesús dijo en San Nicolás, Argentina: 
14-10-1987 1276 
Veo a Jesús, me dice: Entrego a los pueblos, el Amor de Mi Madre, para que acudan a Ella. 
Es el Auxilio, que sacará a los cristianos de las sombras, para introducirlos en la Luz. 
Sea invocado Su Nombre, con infinito amor.
¡Y qué mejor que invocar los dos Nombres juntos, de Jesús y de María, repitiendo la siguiente oración: JESÚS, MARÍA OS AMO, SALVAD LAS ALMAS; por la cual el Señor ha prometido a Sor Consolata Betrone, que cada vez que se dice, se salva un alma y se reparan mil blasfemias!

jueves, 10 de septiembre de 2015

Evangelio del día...

ueves 10/SEP/15

Evangelio del día.

Lc 6, 27-36.
Misericordiosos.
Jesús dijo a sus discípulos: Yo les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames. Hagan por los demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes. Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los aman. Si hacen el bien a aquellos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores. Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo. Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos. Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso.
Reflexión:
Hoy el Evangelio nos habla de que debemos ser misericordiosos como lo es el Padre. Y es que aquí está la clave de toda la vida cristiana: ser misericordiosos. Si lo somos, imitaremos al Dios que lo es en grado infinito y es su mayor atributo y, además, como dice una de las bienaventuranzas, obtendremos misericordia para nosotros. Y en cuanto al amor a los enemigos, no es que deberán pasar a ser amigos, sino que seguirán siendo enemigos nuestros pero por ellos rezaremos y trataremos de hacerles todo el bien que podamos.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de ponernos en el lugar del otro y pensar cómo me gustaría que procedieran conmigo, y proceder de la misma manera.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.