Milán, 17 de junio de 1989
Sábado
El número de la bestia: 666
“Hijos
predilectos, comprended ahora el designio de vuestra Madre Celeste, la
Mujer vestida del Sol, que combate, con su ejército, en la gran lucha
contra todas las fuerzas del mal, para obtener su victoria, en la
perfecta glorificación de la Santísima Trinidad.
Combatid Conmigo, pequeños hijos, contra el Dragón, que trata de llevar a toda la humanidad contra Dios.
Combatid Conmigo, pequeños hijos, contra la bestia negra, la masonería, que quiere conducir las almas a la perdición.
Combatid Conmigo, pequeños hijos, contra la bestia semejante a un
cordero, la masonería infiltrada dentro de la vida eclesial, para
destruir a Cristo y a su iglesia.
Para lograr este objetivo ella quiere construir un nuevo ídolo, es decir, un falso Cristo y una falsa Iglesia.
La masonería eclesiástica recibe órdenes y poder de las varias logias
masónicas y actúa para conducir secretamente a todos a formar parte de
estas sectas secretas.
Así pues, solicita a los ambiciosos con la perspectiva de fáciles
carreras; colma de bienes a los hambrientos de dinero; ayuda a sus
miembros a sobresalir y a ocupar los puestos más importantes, mientras
de una manera disimulada, pero, decidida, margina a todos aquellos que
se niegan a participar en sus planes.
En efecto, la bestia semejante a un cordero ejercita todo el poder de la
primera bestia en su presencia y obliga a la tierra y a sus habitantes
a adorar a la primera bestia.
Sin rodeos, la masonería eclesiástica llega hasta construir una estatua
en honor de la bestia y obliga a todos a adorar esta estatua.
–Pero según el primer mandamiento de la Santa Ley del Señor, sólo DIOS
debe ser adorado y a Él sólo se debe tributar toda forma de culto.
Entonces se sustituye a DIOS por un ídolo poderoso, fuerte, dominador.
Un ídolo tan poderoso como para dar muerte a todos aquellos que no
adoren la estatua de la bestia.
Un ídolo tan fuerte y dominador que hace que todos, pequeños y grandes,
ricos y pobres, libres y esclavos, reciban una marca sobre la mano
derecha o en la frente, de manera que ninguno pueda comprar o vender sin
tener esa marca, es decir, el nombre de la bestia o el número de su
nombre.
Este gran ídolo, construido para ser adorado y servido por todos, como
ya os he revelado en el mensaje precedente, es un falso Cristo y una
falsa Iglesia.
Pero, ¿cuál es su nombre?
–En el capítulo 13 del Apocalipsis está escrito: “Aquí se requiere
sabiduría. El que tiene inteligencia calcule el número de la bestia;
este número representa la cifra de un hombre. Tal cifra es 666
(seiscientos sesenta y seis)”.
Con la inteligencia, iluminada por la luz de la Divina Sabiduría, se
logra descifrar del número 666 el nombre de un hombre y este nombre,
indicado por tal número, es el del Anticristo.
Lucifer, la serpiente antigua, el diablo o Satanás, el dragón rojo, se vuelve, en estos últimos tiempos, el Anticristo.
El Apóstol San Juan ya afirmaba que cualquiera que negara que Jesucristo es Dios, es el Anticristo.
La estatua o el ídolo construido en honor de la bestia para ser adorado por todos los hombres, es el Anticristo.
Calculad ahora su número 666, para comprender cómo indica el nombre de un hombre.
El número 333 indica la Divinidad.
Lucifer se rebela contra Dios por soberbia, porque quiere ponerse por encima de Dios.
El 333 es el número que indica el misterio de Dios. Aquél que quiere
ponerse por encima de Dios lleva el signo de 666; por lo tanto este
número indica el nombre de Lucifer, Satanás, es decir, de aquel que se
pone contra Cristo, del Anticristo.
El 333 indicado una vez, es decir por 1, expresa el misterio de la Unidad de Dios.
El 333 indicado dos veces, es decir por 2, indica las dos naturalezas,
la divina y la humana, unidas en la Persona Divina de Jesucristo.
El 333 indicado por tres veces, es decir por 3, indica el misterio de
las Tres Personas Divinas, o sea, expresa el misterio de la Santísima
Trinidad.
Entonces el número 333 enunciado una, dos o tres veces, expresa los
Misterios principales de la Fe Católica, que son: 1º) la Unidad y la
Trinidad de Dios.
2º) La Encarnación, la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Si el 333 es el número que indica la Divinidad, aquel que quiere ponerse
por encima del mismo Dios es indicado con el número 666.
El 666 enunciado una vez, es decir por 1, expresa el año 666 seiscientos sesenta y seis.
En este período histórico el Anticristo se manifiesta a través del fenómeno del Islam, que niega directamente el misterio de la Divina Trinidad y la Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo.
El islamismo, con su fuerza militar, se desencadena por doquier,
destruyendo todas las antiguas comunidades cristianas, invade Europa y
sólo por una intervención maternal y extraordinaria Mía, solicitada
fuertemente por el Santo Padre, no logra destruir completamente la
Cristiandad.
El 666 indicado dos veces, es decir por 2, expresa el año 1332, mil trescientos treinta y dos.
En este período de tiempo histórico el Anticristo se manifiesta con un radical ataque a la fe en la Palabra de Dios.
A través de los filósofos, que comenzaron a dar exclusivo valor a la
ciencia y luego a la razón, se tiende gradualmente a constituir como
único criterio de verdad a la sola inteligencia humana.
Nacen los grandes errores filosóficos que se prolongan a través de los siglos hasta vuestros días.
La importancia exagerada dada a la razón, como criterio exclusivo de
verdad, lleva necesariamente a la destrucción de la fe en la Palabra de
Dios.
En efecto, con la reforma protestante se rechaza la Tradición como
fuente de la Divina Revelación, y se acepta sólo la Sagrada Escritura.
Pero también ésta debe ser interpretada por medio de la razón, y se
rechaza obstinadamente el Magisterio auténtico de la Iglesia Jerárquica,
a quien Cristo ha confiado la custodia del depósito de la fe.
Cada uno es libre para leer y para comprender la Sagrada Escritura, según su personal interpretación.
De esta manera la fe en la Palabra de Dios es destruida.
Obra del Anticristo, en este período histórico, es la división de la
Iglesia, la consiguiente formación de nuevas y numerosas confesiones
cristianas, que gradualmente son impulsadas a una pérdida creciente de
la verdadera fe en la Palabra de Dios.
El 666 enunciado 3 veces, es decir por 3, expresa el año 1998, mil novecientos noventa y ocho.
En este período histórico, la masonería, ayudada por la eclesiástica,
logrará su gran objetivo: construir un ídolo para ponerlo en lugar de
Cristo y de su Iglesia.
Un falso Cristo y una falsa Iglesia. Por lo tanto, la estatua construida
en honor de la primera bestia, para ser adorada por todos los
habitantes de la tierra y que marcará con su sello a todos aquellos que
quieran comprar o vender, es la del Anticristo.
Habréis llegado así al vértice de la purificación, de la gran tribulación y de la apostasía.
La apostasía será entonces generalizada porque casi todos seguirán al falso Cristo y a la falsa Iglesia.
¡Entonces será abierta la puerta para la aparición del hombre o de la persona misma del Anticristo!
He aquí, hijos predilectos, por qué os he querido iluminar sobre las
páginas del Apocalipsis, que se refieren a los tiempos que vivís.
Para prepararos Conmigo a la parte más dolorosa y decisiva de la gran
lucha que se está combatiendo entre vuestra Madre Celeste y todas las
fuerzas del mal que se han desencadenado.
¡Valor! Sed fuertes, mis pequeños niños. A vosotros corresponde la
misión, en estos años difíciles, de permanecer fieles a Cristo y a su
Iglesia, soportando hostilidad, luchas y persecuciones. Pero sois parte
preciosa de la pequeña grey, que tiene la misión de combatir y de vencer
al fin a la poderosa fuerza del Anticristo.
Os formo, os defiendo y os bendigo a todos.”
(Mensaje de la Virgen al Padre Gobbi, del Movimiento Sacerdotal Mariano)