jueves, 9 de julio de 2015

Santo Rosario...

LAS PROMESAS DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA A LOS QUE REZAN EL SANTO ROSARIO

1. Los que fielmente me sirven mediante el rezo del Santo Rosario, recibirán insignes gracias.
2. Yo prometo mi protección especial, y las más notables gracias a todos los que recitasen el Santo Rosario.
3. El Rosario será la defensa más poderosa contra las fuerzas del infierno. Se destruirá el vicio; se disminuirá el pecado y se vencerá a todas las herejías.
4. Por el rezo del Santo Rosario, florecerán las virtudes y también las buenas obras. Las almas obtendrán la misericordia de Dios en abundancia. Se apartarán los corazones del amor al mundo y sus vanidades y serán elevados a desear los bienes eternos. Ojalá que las almas hiciesen el propósito de santificarse por este medio.
5. El alma que se recomienda a Mí por el rezo del Santo Rosario, no perecerá jamás.
6. El que recitase el Rosario devotamente, aplicándose a meditar los Sagrados Misterios, no será vencido por la mala fortuna. En Su justo juicio, Dios no lo castigará. No sufrirá la muerte improvisa. Y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y será digno de alcanzar la vida eterna.
7. El que conserva una verdadera devoción al Rosario, no morirá sin los sacramentos de la Iglesia.
8. Los que fielmente rezan el Santo Rosario, tendrán en la vida y en la muerte, la Luz de Dios y la plenitud de Su gracia. En la hora de la muerte, participarán de los méritos de los Santos del Paraíso.
9. Yo libraré del Purgatorio a los que han acostumbrado el rezo del Santo Rosario.
10. Los devotos del Santo Rosario, merecerán un grado elevado de gloria en el Cielo.
11. Se obtendrá todo lo que se me pidiere mediante la recitación del Santo Rosario.
12. Todos los que propagan el Santo Rosario recibirán Mi auxilio en sus necesidades.
13. Para los devotos del Santo Rosario, he obtenido de mi Divino Hijo, la intercesión de toda la Corte Celestial durante la vida y en la hora de la muerte.
14. Todos los que rezan el Santo Rosario son hijos Míos, y hermanos de Mi único Hijo, Jesucristo.
15. La devoción al Santo Rosario es gran señal de predestinación.

BENDICIONES DEL ROSARIO

1. Los pecadores obtienen el perdón.
2. Las almas sedientas se sacian.
3. Los que están atados ven sus lazos desechos.
4. Los que lloran hallan alegría.
5. Los que son tentados hallan tranquilidad.
6. Los pobres son socorridos.
7. Los religiosos son reformados.
8. Los ignorantes son instruidos.
9. Los vivos triunfan sobre la vanidad.
10. Los muertos alcanzan la misericordia por vía de sufragios.

BENEFICIOS DEL ROSARIO

1. Nos otorga gradualmente un conocimiento completo de Jesucristo.
2. Purifica nuestras almas, lavando nuestras culpas.
3. Nos da la victoria sobre nuestros enemigos.
4. Nos facilita practicar la virtud.
5. Nos enciende el amor a Nuestro Señor.
6. Nos enriquece con gracias y méritos.
7. Nos provee con lo necesario para pagar nuestras deudas a Dios y a nuestros familiares cercanos, y finalmente, se obtiene toda clase de gracia de nuestro Dios todopoderoso.

SOR LUCÍA, VIDENTE DE FÁTIMA

El 26 de Diciembre de 1957, el Padre Agustín Fuentes, Postulador de la Causa de Beatificación de Francisco y Jacinta Marto, entrevistó a Sor Lucía Dos Santos, vidente de las apariciones de Fátima. En el curso de esa entrevista, le dijo Sor Lucía al Padre Fuentes:
"… La Santísima Virgen nos dijo, tanto a mis primos como a mí, que dos eran los últimos remedios que Dios daba al mundo: el Santo Rosario y el Inmaculado Corazón de María…"
"… Mire, Padre, la Santísima Virgen, en estos últimos tiempos en que estamos viviendo, ha dado una nueva eficacia al rezo del Santo Rosario, de tal manera que ahora no hay problema por más difícil que sea: sea temporal y, sobre todo, espiritual; sea que se refiera a la vida personal de cada uno de nosotros o a la vida de nuestras familias del mundo o comunidades religiosas, o a la vida de los pueblos y naciones; no hay problema, repito, por más difícil que sea, que no podamos resolver ahora con el rezo del Santo Rosario".
"Con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas. Por eso, el demonio hará todo lo posible para distraernos de esta devoción; nos pondrá multitud de pretextos: cansancio, ocupaciones, etc., para que no recemos el Santo Rosario".
"Si nos dieran un programa más difícil de salvación, muchas almas que se condenarán tendrían el pretexto de que no pudieron realizar dicho programa. Pero ahora el programa es brevísimo y fácil: rezar el Santo Rosario. Con el Rosario practicaremos los Santos Mandamientos, aprovecharemos la frecuencia de los Sacramentos, procuraremos cumplir perfectamente nuestros deberes de estado y hacer lo que Dios quiere de cada uno de nosotros".
"El Rosario es el arma de combate de las batallas espirituales de los Últimos Tiempos".
 

martes, 7 de julio de 2015

Instante...

Ni por un instante.

Hoy puede ser el día de nuestra muerte, ¿y estamos preparados para pasar a la eternidad? Estar preparados significa esencialmente encontrarnos en gracia de Dios. ¿Estamos hoy, ahora mismo, en gracia y amistad de Dios? ¿O en cambio estamos viviendo en pecado mortal?
Alguno puede decir que le cuesta ir a confesarse con un sacerdote y por eso vive en pecado mortal hasta el día que va a confesarse. Pero hay que saber algo de capital importancia y es que nunca, ni por un instante, debemos vivir en pecado mortal, porque hay un medio para ponernos en gracia de Dios hasta que vayamos a confesarnos con el sacerdote.
Cuando hemos cometido el pecado grave o mortal, enseguida debemos arrepentirnos y pedirle perdón a Dios, no por el castigo que merecemos, sino por amor a Dios, porque le hemos causado tanto dolor al Señor, que es tan bueno. Esto es lo que se llama hacer un acto de contrición perfecta, que debe ir acompañado del propósito de ir a confesarnos con el sacerdote cuanto antes podamos.
Por supuesto que no podremos recibir la Sagrada Comunión hasta que no hayamos ido al sacerdote y hayamos confesado todos los pecados mortales o graves cometidos desde la última confesión sacramental bien hecha, pero al menos, si morimos, estaremos en gracia de Dios y nos salvaremos. De modo que jamás, ni siquiera por un instante, hay que vivir en pecado mortal, porque inmediatamente después de pecar, debemos hacer el acto de contrición perfecta. Claro que no debemos postergar indefinidamente el ir a confesarnos con el sacerdote.
Porque hay que saber que si vivimos en pecado mortal, el demonio tiene poder sobre nosotros, sobre nuestras vidas, y tiene modo de influenciarnos para el mal. En cambio si hacemos un acto de contrición perfecta, ya nos ponemos en gracia y amistad de Dios, y el diablo ya no nos puede echar el lazo.
Así, tantas veces como cometamos un pecado grave, tantas otras veces también debemos hacer el acto de contrición perfecta con el propósito de ir a confesarnos con un sacerdote.
Todas las noches, antes de acostarnos a descansar, debemos hacer ese acto de contrición perfecta, por si tuviéramos que partir hacia la eternidad durante el sueño, aunque si durante el día no hemos cometido falta grave, simplemente podemos pedir perdón al Señor por todo lo malo que hemos hecho en la jornada.
Entonces no vivamos ni por un instante en pecado mortal, sino siempre en gracia de Dios.

sábado, 4 de julio de 2015

Elección...

Elección.

Ya lo ha dicho el Señor en el Evangelio, que quien quiera salvar su vida en este mundo, perderá la vida eterna. 
Y es que debemos tener bien presente que la vida terrena es un tiempo de preparación para entrar a la Vida verdadera, a la eternidad, que será de felicidad sin fin si obramos bien, y de horror sin medida si obramos mal. 
Hay que elegir, no se puede vivir esta vida gozando de todo, sin cortapisas ni límites, porque de esa manera perderemos el Cielo. 
Debemos aprovechar esta vida corta que tenemos para hacer penitencia y reparar por los pecados que hemos cometido, ya que reparar en el otro mundo es mucho más difícil en el Purgatorio, e imposible en el Infierno. 
No podemos tratar de seguir a Cristo y, al mismo tiempo seguir al demonio. Tenemos que elegir. Y el seguimiento de Cristo es por el camino de las huellas ensangrentadas del Señor. 
Pero no veamos todo tan negro, puesto que si nos decidimos a seguir a Jesús, tendremos dolores y padecimientos sí, y muchos, pero habrá en nosotros una veta de dulzura en lo profundo del alma, que los malos y los que gozan de este mundo no pueden conocer. 
Aparte ya Jesús nos ha dicho que su cruz y su yugo son livianos y fáciles de llevar, porque es el mismo Señor quien nos ayuda a llevarlos. 
Aprovechemos el tiempo de vida que tenemos en la tierra, para prepararnos a dar el salto a la eternidad, donde comienza realmente la Vida para siempre, o la Muerte eterna. 
Si pensáramos más en estas verdades, que son las verdades de siempre, pero que pocos meditan, no nos afligiríamos tanto por las pérdidas o ganancias de este mundo, ni por los fracasos y triunfos de esta vida, sino que veríamos todas las cosas desde otra perspectiva, la perspectiva cristiana, es decir, valorar cada cosa, cada acto como medio para ganar gloria, para reparar por el mal cometido y para demostrarle amor a Dios.

jueves, 2 de julio de 2015

Conservar...

Conservar la paz.

La regla de oro para vivir felices en este mundo es conservar la paz del alma, porque es lo primero que tratará de robarnos el demonio: la paz. Pues el diablo bien sabe que un corazón sin paz, con inquietudes, es presa fácil para él, ya que si todavía no ha pecado, pronto lo hará.
Lo cantaron los ángeles en Belén: “Paz a los hombres de buena voluntad”.
Entonces tenemos que hacer como nos aconseja San Padre Pío de Pietrelcina: “Reza, ten fe y no te preocupes”. Es decir, tenemos que rezar para que Dios nos asista y ayude, y luego dejar todo confiadamente en las manos de Dios, que sabemos nos cuida y cuida de todo lo nuestro.
Para tener paz hay que observar algunas cosas, y en primer lugar tendremos que poner nuestra alma en paz con Dios, por medio de una sincera y completa confesión con el sacerdote. Luego también debemos perdonar de corazón a quienes nos ofendieron o creemos que nos han ofendido, porque quien guarda odio o rencor, jamás tendrá paz.
Además, también debemos seleccionar lo que miramos, lo que leemos y lo que hacemos, para que todo eso no nos quite la paz, pues si miramos noticieros con malas noticias, catástrofes y crímenes, es lógico que quedemos un poco perturbados. Si no podemos evitar mirar estas cosas, tenemos que acostumbrarnos a conservar la paz siempre. Es que generalmente los medios masivos de comunicación están manejados por el Maligno, a través de sus hijos fieles, y siembran la turbación en los corazones y en las almas, en las familias, en las naciones y en el mundo entero. Tenemos que aprender a defendernos de ello, rezando y encomendando todo a Dios que, sabemos, cuida de todo y es quien permite que sucedan todas las cosas, porque sabe sacar bienes de los males.
Hagamos el propósito, con la ayuda de Dios -especialmente con el rezo del Rosario cada día, que es fuente de paz- de mantener nuestra alma en paz a pesar de todo lo que nos pasa a diario, y entonces gustaremos del Paraíso en la tierra.
Recordemos que el Infierno es esencialmente la falta total y absoluta de paz. Y los condenados tienen tanto menos paz, cuanto más malvados han sido en vida.
No imitemos a los condenados, ni queramos vivir el infierno anticipado, perdiendo la paz por cualquier cosa, sino tratemos de conservar la paz en todo momento, para que no merezcamos del Señor aquél reproche que les dio en plena tormenta en el lago a sus discípulos.
Por supuesto que nuestra paz estará en proporción a la confianza y fe que tengamos en Dios y en la Virgen, porque sólo viviremos en profunda paz sabiendo que Ellos gobiernan todas las cosas, absolutamente todas las cosas.

miércoles, 1 de julio de 2015

BOY GEORGE - The Crying Game

Mensaje...

Mensaje a los Jóvenes héroes

Uniones libres.
En estos tiempos es necesario que se diga a los jóvenes la verdad, que se los sustraiga del error que en todas partes de propaga, que es el error de creer que se pueden tener relaciones sexuales fuera del matrimonio.
Muchos jóvenes ya no se casan, sino que se unen libremente y forman parejas inestables, procreando, y luego, pasando irresponsablemente a nuevas parejas, con daño grave para sus almas y las de sus pequeños.
Este es un plan del infierno, que odia el matrimonio, especialmente el matrimonio católico, y que odia también la familia.
Por eso si uno meditara un poco las distintas situaciones, si uno tuviera un poco de perspicacia, notaría que en este campo el demonio tiene un buen trabajo. ¡Cuántos matrimonios se destruyen, y luego cada uno de los cónyuges forma una nueva pareja cada uno por su lado, y entonces sí que esas parejas duran!
¡Claro! ¡Cómo no van a durar si viven en adulterio, y el demonio ya los deja tranquilos, porque los tiene bajo su poder!
Lo que el diablo busca es romper los matrimonios, destruir las familias, y nadie levanta la voz, incluso entre los Obispos de la Iglesia, que duermen mientras el Maligno hace estragos en el pueblo de Dios.
Si no hay vocaciones al sacerdocio se debe, en gran parte, a que no hay familias cristianas, que son como el semillero de las vocaciones sacerdotales y religiosas.
Enseñemos a los jóvenes la belleza del matrimonio y la familia, y no caigamos en el antagonismo de oponer el hombre a la mujer, de hacer bromas sobre el machismo y el feminismo, sino enseñémosle a respetar tanto a la mujer como al hombre, diciéndoles que Dios los hizo varón y mujer para que se ayudaran y complementaran mutuamente en el matrimonio y en la familia.