miércoles, 2 de diciembre de 2015
Consagración...
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martes, 1 de diciembre de 2015
Orden...
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lunes, 30 de noviembre de 2015
Seguir...
Enseñanzas del Evangelio
Seguir al Señor.
El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. (Mt 10, 38).
Enseñanza:
En
este mundo tenemos que sufrir, porque el dios de este mundo, el
demonio, nos pondrá trabajos y sufrimientos para tratar de acobardarnos y
de hacernos renegar de Dios, para que le echemos la culpa al Señor de
todo lo que sufrimos. Pero es el Maligno el que hace sufrir, y Dios lo
permite porque quiere que tengamos mérito en padecer para merecer, ya
que la gloria del Cielo se merece con el padecimiento en la tierra.
¿Y
adónde tenemos que seguir al Señor? Tenemos que seguirlo hasta el
Calvario, porque toda la vida del hombre sobre la tierra es un vía
crucis, un camino hacia el monte Calvario, hacia la muerte.
Esta
vida terrena es la Gran Tribulación de que habla el Apocalipsis, porque
en este mundo domina el diablo, es el príncipe de este mundo que hace
sufrir a los elegidos y en cambio deja tranquilos a los que son suyos.
Así
que tenemos que hacer acopio de paciencia porque tendremos sufrimientos
y pruebas, y debemos rezar mucho para que el Señor nos dé sus ayudas
para poder salir airosos de la prueba de la vida, porque Dios no
permitirá que seamos tentados y probados más allá de nuestras fuerzas,
pero tenemos que ser constantes en la oración, porque Dios nos quiere
ayudar pero a cambio de que se lo pidamos en la oración.
Tenemos
que tomar la cruz de cada día y seguir a Jesús, pero recordando que la
cruz no nos aplastará, porque es ala y es báculo que nos sostendrá en el
camino, pues como ya lo dice el Señor en el Evangelio: “Mi yugo es
suave y mi carga ligera”. Basta que nos decidamos a sufrir y a hacer la
voluntad de Dios, para que todo se haga llevadero y hasta suave y
delicioso, pues sabemos que con nuestro padecer, ayudamos a salvar a
innumerables almas.
domingo, 29 de noviembre de 2015
Evangelio del día...
domingo 29/NOV/15
Evangelio del día.
Lc 21, 25-28. 34-36.
Domingo 1º de Adviento.
Jesús
dijo a sus discípulos: Habrá señales en el sol, en la luna y en las
estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante
el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán
de miedo ante la expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, porque los
astros se conmoverán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre
una nube, lleno de poder y de gloria. Cuando comience a suceder esto,
tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la
liberación. Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la
embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de
improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los
hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente, para
quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer
seguros ante el Hijo del hombre.
Reflexión:
Hoy
comienza un nuevo año litúrgico y lo hace con el tiempo de Adviento que
significa “Venida”. Y en este tiempo la Iglesia nos hace poner la
mirada en la Venida del Señor que son dos: Una que ya fue en Belén en su
Nacimiento, y la otra es su Segunda Venida o Parusía al Fin de los
Tiempos. Hasta el 15 de diciembre los textos hacen referencia a la
Segunda Venida, y desde el 16 hasta Navidad, hacen memoria de su Primera
Venida en Belén. Jesús en este Evangelio nos predice que el Día de su
Segunda Venida será acompañado de grandes trastornos cósmicos que harán
temblar de terror a los hombres. Pero también nos dice que para escapar
de todo eso sanos y salvos debemos orar incesantemente, vivir en gracia y
estar consagrados al Inmaculado Corazón de María para poder salir
airosos de todo lo que sobrevendrá.
Pidamos
a la Santísima Virgen la gracia de vivir bien nuestra consagración a su
Corazón Inmaculado y, si aún no lo hemos hecho, que nos decidamos a
consagrarnos a su Corazón.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.
sábado, 28 de noviembre de 2015
Evangelio del día...
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