lunes, 9 de julio de 2012

Evangelio del día...

lunes 9/JUL/12

Evangelio del día 

Lc 1, 39-47. 
Nuestra Señora de Itatí. 
Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”. María dijo entonces: “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador. 
Reflexión: 
Hoy, aquí en Argentina, es una memoria litúrgica de la Santísima Virgen de Itatí, una de las tantas celebraciones de nuestra Madre del Cielo. Y es un día en que tenemos que hablar de María. ¿Y qué buen hijo no goza en hablar de su madre? Por eso también nosotros, que tratamos de ser buenos hijos, nos complacemos en hablar de nuestra queridísima Madre, la Santísima Virgen.
Hay un pensamiento que siempre debemos tener cuando acudimos a la Virgen para pedirle que interceda por nosotros, y es el siguiente: Todo lo que Dios es por naturaleza, María lo es también por gracia. Dios es Omnipotente, María también lo es. Dios es Omnisciente, María también. Dios es Omnipresente, y debemos decir que María también lo es.
Entonces ¡qué gran confianza debemos tener cuando acudimos a la Virgen, que tiene tanto poder sobre el Corazón de Dios y sobre todo el universo!
Efectivamente la Virgen ha dado su naturaleza humana al Verbo de Dios, y el Verbo de Dios ha dado su naturaleza divina a la Virgen. Por lo que la Santísima Virgen siendo siempre solo una criatura, es la criatura más perfecta que puede existir, y debido a su relación con la Santísima Trinidad, por ser Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo, y Esposa de Dios Espíritu Santo, está en un plano superior a todos los seres creados.
Vayamos a María y encontraremos todo, porque donde está María, está Jesús, está Dios y todo su Paraíso.
 Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de ser sus fieles hijos, y nunca causarle dolor, sino sólo proporcionarle alegrías a su Corazón Inmaculado, con nuestras buenas obras y buen corazón.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.

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