martes, 2 de abril de 2013

Alégrate María...


¡Alégrate, María! ¡Jesús ha resucitado!
¡Aleluya!

Alégrate, centinela romano,
perplejo por el acontecimiento.
Alégrate, María Magdalena,
y anuncia lo que ha ocurrido ¡Ha resucitado!
Alégrate, puerta del sepulcro abierto,
porque ahora está vacío.

¡Alegraos Pedro y Juan, porque ya veis,
todo ha sido como dijo el Maestro!
¡Alegraos Santas Mujeres, porque nunca
podréis anunciar tan gran noticia como ésta!
¡Alégrate, María Magdalena, fuiste valiente
para besar los pies de Jesús agonizante,
y la primera, no podía ser menos,
en descubrir el sepulcro huérfano!

Alégrate Iglesia, porque hoy es tu día,
ahora empieza la hora de tu verdad,
la verdad de tu hora: ¡HA RESUCITADO!
Alegrémonos todos, hermanos,
porque si el sepulcro ha quedado roto,
¿Cómo no va quedar el nuestro dinamitado?

¡Alegraos todos los que tenéis
el corazón sobrecogido por la tristeza!
Hoy es el día de vuestra liberación.
¡Alegraos los que no veíais
más horizonte que la muerte!
El Señor os dice que, creyendo,
tendréis una ciudad eterna y fuerte.

¡Alegraos los perseguidos,
los ajusticiados, los maltratados!
Jesús, al subir del sepulcro, os trae
un cielo grande para todos.

¡Alégrate, María!
Si sonreíste en la Anunciación…
Hoy debe de ser inmensa tu alegría.
Si tu rostro se iluminó con un Jesús pequeño…
Hoy tienes que alegrarte por un Jesús triunfante.
Si sufriste por tantas incomprensiones…
El sepulcro vacío te devuelve con creces
regocijo a raudales.
Si no comprendiste ciertas horas
y ciertas acciones de Jesús…
La vida sobre la muerte te llena
de satisfacción, de honra.

¡Alégrate María!
Pensabas que Jesús estaba perdido
para siempre, y, ahora el Padre,
nos lo devuelve por toda la eternidad.
Lloraste al pie de la cruz, y hoy
ya no son necesarias lágrimas, sudarios
ni flores para Aquel que la muerte humilló.

¡Alégrate María!
Y sonríe y canta,  danza y reza,
y da gloria y alabanza al Señor.
Si gozaste con Jesús en Belén,
hoy, de nuevo, Dios lo hace renacer.
Si lo tuviste entre tus manos al pie
de la cruz, no tardarás mucho en abrazarlo
transformado… glorificado, resucitado.

¡Alégrate, María!
Entona con nosotros el Aleluya de la Pascua.
El Aleluya de la Salvación del mundo.
El Aleluya que es la llave de la puerta del mañana.
El Aleluya que es la expresión
de que todo ha ido como Dios quería.
¡Alégrate, María!

P. Javier Leoz


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