martes, 28 de mayo de 2013


Mensaje de la Reina de la Paz (Medjugorje) con comentario

Sábado 18 de MARZO de 1995MENSAJE en el cumpleaños de Mirjana:
"Queridos hijos, como una Madre ya por muchos años os estoy enseñando la fe y el amor a Dios. Ni habéis mostrado gratitud al Querido Padre, ni le habéis dado a El gloria. Os habéis vuelto vacíos y vuestro corazón se ha endurecido y sin amor para los sufrimientos de vuestros prójimos. Yo os estoy enseñando  que el Querido Padre os ha amado, pero vosotros no le habéis amado a Él. Él sacrificó a Su Hijo por vuestra salvación, mis hijos. En tanto que no améis,  vosotros no vais a llegar a conocer el amor de vuestro Padre. No le vais a conocer porque Dios es amor. Amor. Y no tengáis miedo, mis hijos, porque en el amor no hay temor. Si vuestros corazones son abiertos para el Padre y si  están llenos de amor hacia Él, ¿por qué pues temer lo que ha de venir? Esos que no aman están asustados porque esperan el castigo y porque saben lo vacíos y duros que están. Yo os estoy guiando, hijos, hacia el amor, hacia el Querido Padre. Yo os estoy guiando hacia la Vida Eterna. La vida Eterna es mi Hijo. Aceptadle a Él y vosotros  habréis aceptado el amor." 
Comentario: 
Tenemos que reconocer que los cristianos hemos entendido aún muy poco de la doctrina cristiana, porque no ponemos el amor en el centro de nuestra vida, ni lo hacemos el motor para actuar.
Que ello suceda en los paganos, está justificado; pero que suceda en los católicos, y en no pocos sacerdotes y hasta obispos, eso ya no se entiende.
Muchas veces vemos en el Evangelio que Jesús alaba a extranjeros porque tienen una fe mayor que sus compatriotas. Y así nosotros los católicos tenemos que hacer un serio examen de conciencia a ver si ponemos el amor de Dios y del prójimo en primer lugar.
Esto es lo que la Virgen nos viene a recordar en este mensaje, porque si no amamos, entonces estamos en la oscuridad. Y quien ama no tiene temor. Y el ejemplo lo tenemos en el apóstol Juan, que al pie de la cruz de Jesús estuvo firme y no tuvo miedo porque amaba. Él fue quien se recostó sobre el pecho de Jesús en la Última Cena para preguntarle quién era el traidor.
Debemos imitar al apóstol amado del Señor, y entregarnos al amor de Dios y de los hermanos sin reservas, y recién ahí estaremos viviendo un verdadero cristianismo.
María, Reina de la Paz, ruega por nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario