martes, 1 de abril de 2014

Evangelio del día...

martes 1/ABR/14

Evangelio del día 

Jn 5, 1-3. 5-18.  
Peores cosas. 
Se celebraba una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Junto a la puerta de las Ovejas, en Jerusalén, hay una piscina llamada en hebreo “Betsata”, que tiene cinco pórticos. Bajo estos pórticos yacía una multitud de enfermos, ciegos, lisiados y paralíticos. Había allí un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años. Al verlo tendido, y sabiendo que hacía tanto tiempo que estaba así, Jesús le preguntó: “¿Quieres sanarte?”. Él respondió: “Señor, no tengo a nadie que me sumerja en la piscina cuando el agua comienza a agitarse; mientras yo voy, otro desciende antes”. Jesús le dijo: “Levántate, toma tu camilla y camina”. En seguida el hombre se sanó, tomó su camilla y empezó a caminar. Era un sábado, y los judíos dijeron entonces al que acababa de ser sanado: “Es sábado. No te está permitido llevar tu camilla”. Él les respondió: “El que me sanó me dijo: ‘Toma tu camilla y camina’”. Ellos le preguntaron: “¿Quién es ese hombre que te dijo; ‘Toma tu camilla y camina?’”. Pero el enfermo lo ignoraba, porque Jesús había desaparecido entre la multitud que estaba allí. Después, Jesús lo encontró en el Templo y le dijo: “Has sido sanado; no vuelvas a pecar, de lo contrario te ocurrirán peores cosas todavía”. El hombre fue a decir a los judíos que era Jesús el que lo había sanado. Ellos atacaban a Jesús, porque hacía esas cosas en sábado. Él les respondió: “Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo”. Pero para los judíos ésta era una razón más para matarlo, porque no sólo violaba el sábado, sino que se hacía igual a Dios, llamándolo su propio Padre. 
Reflexión: 
Cuando Jesús encuentra al paralítico curado le dice algo muy importante que debemos tener en cuenta, y es lo siguiente: “Has sido curado; no vuelvas a pecar, de lo contrario te ocurrirán peores cosas todavía”. Y es que cuando cometemos pecado nos ponemos al alcance de Satanás y éste adquiere poder sobre nosotros y puede herirnos con enfermedades y desgracias. Y Dios muchas veces las permite para que nosotros entremos en razón y nos arrepintamos del mal hecho y nos convirtamos a Él. En esta frase Jesús nos descubre que todo el mal que sucede en el mundo viene por causa del pecado de los hombres; y nosotros, con nuestro pecado, aumentamos el mal en el mundo. Por eso debemos poner todo nuestro empeño en evitar el pecado.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de no cometer jamás pecado grave o mortal, y ser más cuidadosos y no cometer pecados leves, ya que siempre el pecado ofende a Dios y trae innumerables males a nosotros y al mundo entero.

Jesús, María, os amo, salvad las almas.

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