Evangelio para los padres
Valientes.
Vemos en un pasaje del Evangelio que, cuando se acercaba el tiempo de la Pasión del Señor, Jesús iba al encuentro del dolor, y se adelantaba a sus discípulos, y con mucha valentía subía a Jerusalén. La Virgen ayudó mucho a la formación de Jesús, para que sea un hombre valeroso .
Los padres tienen que educar a sus hijos para que sean valientes, que no sean miedosos, porque todos en la vida debemos subir el camino empinado de nuestro propio vía crucis, y mucho nos ayudará el hecho de que nuestros padres nos hayan enseñado el coraje y la valentía.
Claro que los padres tienen que ser ellos mismos valientes para poder infundir valor en sus hijos. Y no es necesario que los padres sean valientes de nacimiento, sino que es algo que se puede adquirir con trabajo y ayuda de Dios.
Pero también hay que enseñar a qué hay que tenerle miedo y a qué no. Por ejemplo se deberá inculcar a los hijos el horror al pecado, incluso al más leve. Pero no se debe infundir el miedo a la muerte corporal, que es un paso a la eternidad.
Ya lo dice el Señor en su Evangelio: que no temamos a quienes matan el cuerpo, sino más bien a los pecados y vicios que pueden matar el alma y arrojarla al Infierno.
Todos los padres, quién más, quién menos, deberán trabajar esta virtud de la valentía, porque nunca será suficiente el inculcar valor a los hijos, que tienen necesidad de valor para afrontar todos los reveses de la vida.
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