El rosario encierra dos realidades: la oración mental y la vocal. La oración mental en el santo rosario es la meditación de los principales misterios de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su santísima Madre. La oración vocal consiste en la recitación de quince decenas de avemarías, precedidas de un padrenuestro, unida a la meditación y contemplación de las quince principales virtudes que Jesús y María practicaron, conforme a los quince misterios del santo rosario.
(De “El Secreto Admirable del Santísimo Rosario”, San Luis María Grignion de Montfort)
Comentario:
Mientras rezamos el Rosario debemos ir contemplando los misterios, porque de lo contrario el rezo del Rosario sería un cuerpo sin alma. El Papa Juan Pablo II agregó a los quince misterios tradicionales, los cinco misterios luminosos, quedando así el Rosario constituido por veinte misterios. Cuando rezamos el Rosario volvemos a vivir todo lo que Jesús y María vivieron, sufrieron y gozaron, porque los hechos de la vida de Jesús y de María están fuera del tiempo y se hacen presentes cada vez que rezamos el Rosario. No se trata de seguir cada palabra que se dice, sino de repetir cadenciosamente los padrenuestros y las avemarías, y de esa forma el alma se va tranquilizando y descansa del trajín cotidiano, llenándonos de paz el corazón.
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