"Soy una falsa moneda"
Había un hombre que se ganaba la vida vendiendo toda clase de baratijas. Parecía como si aquel hombre no tuviera entendimiento, porque la gente la pegaba muchas veces con monedas falsas que él aceptaba sin ninguna protesta, y otras veces afirmaban haberle pagado, cuando en realidad no lo habían hecho, y él aceptaba su palabra.
Cuando le llegó la hora de morir, alzó sus ojos al cielo y dijo: "¡Oh, Señor! He aceptado de la gente muchas moneda falsas, pero ni una vez he juzgado a ninguna de esas personas en mi corazón, sino que daba por supuesto que no sabían lo que hacían. Yo también soy una falsa moneda. No me juzgues, por favor."
Y se oyó una voz que decía: "¿Cómo es posible juzgar a alguien que nunca ha juzgado a los demás?"
Dios te bendiga y te proteja de todo mal...
amén...
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