Reflexionando con la Biblia
Y dijo Dios: “Haya luz”.
Y dijo Dios: “Haya luz”; y hubo luz. Vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas las llamó noche. Y hubo tarde y hubo mañana: primer día. (Génesis 1, 3-5)
Reflexión:
Comienza aquí el relato de la creación, cuyos primeros tres días están dedicados a crear los espacios, y los siguientes tres días a ornamentarlos. Estos días de creación no hay que entenderlos como días de veinticuatro horas, pues dice la Escritura que para Dios un día es como mil años, y mil años como un día. Es un largo período de tiempo, porque Dios no tiene apuro para hacer sus cosas. Esto nos debe aleccionar a nosotros, que a veces queremos la conversión urgente de nuestros hermanos y queremos todo ¡ya! No actúa Dios de esta forma y tiene paciencia con todos. Imitemos a Dios en esto y sin ser perezosos, sepamos esperar con paciencia, pues como dice Santa Teresa de Jesús: “La paciencia todo lo alcanza”.
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