sábado, 1 de agosto de 2015

Under the boardwalk - The drifters

Mensaje...

Mensaje a los padres

No sobreprotegerlos.
Es lógico que los padres quieran proteger a sus hijos, ya que esa es la voluntad de Dios. Pero lo malo es cuando el amor por los hijos se desordena, no se confía en la providencia divina, y entonces los padres sobreprotegen a sus hijos.
Esto les acarrea un mal para su presente y, sobre todo, para su futuro, ya que en la vida tendrán muchos reveses, y no sabrán hacer las cosas por sí solos.
Por eso hay que preparar a los hijos para la prueba de la vida, porque esta vida sobre la tierra es tiempo de lucha, contra los malos espíritus y también con los vaivenes y desgracias de la vida, que más o menos todos debemos saborear.
Mucho más meritorio para el hijo si cuando se hace adulto sabe ser virtuoso, a pesar de que le han sobreprotegido sus padres desde niño, pero mucho más difícil de practicar dicha virtud. Es mejor que los padres confíen más en Dios, que sepan que la vida de sus hijos está más en la manos de Dios, que en sus manos de padres, y colaborar con ellos pero dándoles alas, herramientas y armas para la batalla de la vida.
Dice el dicho popular que “hay amores que matan”, y a veces sucede así con el amor que muchos padres tienen por sus hijos, que los suelen ahogar en lugar de enseñarles a nadar en este mar embravecido del mundo.


otis redding down in the valley

viernes, 31 de julio de 2015

Poder...

Reflexionando con la Biblia

Poder de la oración.
Leemos en la Sagrada Escritura que, en un combate entre el pueblo judío y sus enemigos, Moisés oraba con los brazos elevados hacia el cielo. Y mientras así lo hacía, Israel vencía; pero cuando se cansaba y Moisés bajaba los brazos, entonces prevalecían los enemigos.
Ésta debe ser una gran enseñanza para nosotros, peregrinos, más aún, militantes en este mundo, en que debemos orar sin desfallecer, porque gran parte de los medios y ayudas nos vienen de la oración, y si dejamos de orar, entonces nos vamos enfriando y así el demonio y sus satélites pronto nos tomarán como su presa.
Ya lo ha dicho San Alfonso María de Ligorio: “El que reza se salva y el que no reza se condena”. Pongamos en práctica este consejo del santo, tomando como ejemplo preclaro éste de Moisés orando a favor del pueblo de Israel, porque nuestra vida también es un duro combate contra las fuerzas del mal, y sólo venceremos si rezamos sin cesar.

jueves, 30 de julio de 2015

Evangelio del día...

jueves 30/JUL/15

Evangelio del día.

Mt 13, 47-52.
Juicio final.
Jesús dijo a la multitud: “El reino de los cielos se parece a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. ¿Comprendieron todo esto?”. “Sí”, le respondieron. Entonces agregó: “Todo escriba convertido en discípulo del reino de los cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo”.
Reflexión:
Hoy Jesús nos dice que los hombres buenos y malos convivirán hasta el fin del mundo, en que serán separados definitivamente. Es importante tener esta visión que Jesús nos da sobre el reino, y que solo al final serán separados los buenos de los malos completamente. Debemos obrar santamente porque todas nuestras obras quedan registradas y escritas en el libro de nuestra vida y en el día del Juicio Final todo lo que hemos hecho quedará al descubierto ante todo el universo. Por eso no tenemos que ser hipócritas y debemos andar en verdad delante de Dios y de los hombres, no tratando de aparentar, sino ser sinceros y obrar de acuerdo al querer de Dios.
Pidamos a la Santísima Virgen la gracia de tener paciencia con todos y saber perdonar a los demás, dejando la justicia a Dios, que dará a cada uno lo que le corresponde.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.

domingo, 26 de julio de 2015

Agua bendita...

Usar agua bendita.

Los demonios son causa de sufrimiento y de discordias. Por ello será muy conveniente rociar con agua bendita los ambientes en que vivimos y compartimos en familia, ya que de esa manera se evitarán peleas, discordias, accidentes y calamidades.
No tengamos en cuenta que algunos hombres al vernos esparcir agua bendita en las habitaciones, se burlen de nosotros, incluso aunque se digan “católicos”, porque el agua bendita fue utilizada por todos los santos, que sabían muy bien de la existencia de seres espirituales de distinta naturaleza que la humana, con quienes compartimos la vida, y a quienes hay que mantener alejados. Mejor que se burlen de nosotros algunos hombres, y no que se rían de nosotros los demonios, porque ya tenemos tan poca fe que no creemos en la existencia de ellos, y así no tomamos las precauciones para defendernos de sus insidias.
Busquemos buenos sacerdotes que quieran bendecirnos el agua. Sacerdotes no contaminados con el ateísmo y el racionalismo, que sepan del poder que tienen frente al enemigo, y nos bendigan no sólo el agua, sino que de ser necesario se den una vuelta por nuestra casa y la bendigan también. Pero al menos si esto no es posible, usemos nosotros el agua bendita bendecida por el sacerdote. Rociemos con unas gotas de agua bendita en nuestra habitación, cada noche, antes de acostarnos. Bebamos algunos sorbos de ella, como hacían muchos santos, entre ellos Santa Teresa de Jesús. Hagámonos la señal de la cruz con ella y hagámosles también la señal de la cruz con agua bendita en las frentes de nuestros seres queridos cuando tienen que salir de casa o se retiran a descansar.
Con el uso del agua bendita evitaremos muchas desgracias, discusiones, enfermedades y maldades de todas clases, porque los demonios no pueden cambiar sustancialmente, y lo que en otro tiempo los ponía en fuga, también es eficaz ahora en pleno siglo XXI. Lo que sucede es que los católicos estamos débiles en la fe, y así el diablo tiene el campo prácticamente libre.

viernes, 24 de julio de 2015

Olvido...


Quince minutos con Jesús Misericordioso

Olvidar el pasado.
Jesús Misericordioso enséñame a olvidar el pasado, porque si ya he confesado mis pecados contigo por medio del sacerdote, entonces todos mis pecados pasados han quedado destruidos, y mi pasado está ya en tu misericordia.
¿Por qué me sigo torturando con las cosas que he hecho o que me han sucedido?
Yo sé muy bien, Señor, que Tú quieres que me olvide completamente del pasado, porque Tú, con tu infinita misericordia, lo has destruido para siempre y quieres que yo sea una nueva criatura, nacida de nuevo para dar gloria a Dios y cantar las alabanzas del Señor.
El pasado me ata e influye en las decisiones que tomo cada día, a cada momento, y así voy como fracasando antes de empezar algo, porque traigo toda la carga del tiempo pasado, y es lógico que termine fracasando también ahora.
Jesús, ayúdame a olvidarme completamente del pasado, a sentirme como un resucitado después de haberte confesado todas mis culpas, así podré servirte libremente y viviré feliz y contento, dispuesto a hacer lo que tú quieras, aunque parezca difícil, pero con tu ayuda lograré todo.