domingo, 1 de mayo de 2016

Concurso...

5° Concurso Literario de Poesía Católica 2016

La Comisión Arquidiocesana para la Evangelización de la Cultura,
acerca la invitación al 5° Concurso Literario de Poesía Católica 2016
en el Año Jubilar de la Misericordia

Con renovada alegria, abrimos las puertas al talento y al ingenio, de los que deseen participar en este nuevo 5° Concurso Literario de Poesía Catolica del año 2016, marcado especialmente por el Año Jubilar de la Misericordia, que fue convocado por el Papa Francisco, el 8 de Diciembre del 2015, al conmemorarse los 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II, y que concluirá el 20 de noviembre del corriente año, con la Solemnidad de Cristo Rey.
Invitamos a los concursante a que puedan presentar sus obras, orientadas en la temática de la Misericordia de Dios. Como dice el Papa Francisco en la Bula Misericordiae Vultus:

Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre ...Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordiaEs fuente de alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre, porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro pecado. (n° 1-2)

 
Le adjuntamos el reglamento, como base del concurso. Las obras se podrán entregar hasta el Lunes 25 de julio de 2016, en la Secretaria de la Parroquia Santa Rosa de Lima, en calle mendoza 1381, (C.P. 2000. Rosario. Te: 0341  4408570) en el horario de lunes a Viernes de 16.30 a 19.30 hs y los Sábados de 9 a 12 hs o bien ser enviadas por correo postal. (No se aceptará el envío por correo electrónico).
 
Esperamos que puedan acompañarnos, como muchos de ustedes lo han hecho otros años y extender esta invitación a otros que puedan estar interesados en participar

Pedimos anticipadamente a Dios la bendición sobre los concursantes. 

Oramos por los frutos espirituales del Concurso, y lo ponemos bajo la protección e intercesión de 
la Santísima Virgen Maria, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario.

Padre Luis Alberto Boccia
Delegado Arquidiocesano de la Comisión de Cultura

Lic. Elvira Martín
Secretaria de la Comisión  Arquidiocesana de Cultura

Mensaje...

Mensaje sobre la oración

Orar siempre.
“En cualquier condición en que se encuentre un alma, debe orar.” 
(Diario #146 – Santa Faustina Kowalska)
Comentario:
Así como el cuerpo humano no puede dejar de respirar sin morir enseguida, así también nuestra vida espiritual, la vida del alma, es decir, la gracia, no puede subsistir sin la oración. Por eso debemos rezar en todo momento y en cualquier condición en que nos encontremos. Y si estamos enfermos o cansados, no hace falta que recemos el Rosario entero, sino que basta con que por lo menos recemos las tres avemarías, que son prenda de salvación eterna.
A veces, por nuestra enfermedad u otra causa, no podremos hacer muchas oraciones. Entonces será el momento de hablar con Dios y con la Virgen, como hablamos con nuestros mejores amigos de la tierra.
Otras veces también tendremos que hacer sólo jaculatorias, porque puede ser muy grande nuestro dolor y desconcentración, puede suceder que nuestro corazón no pueda rezar más que cortas frases y requiebros de amor a Dios y a la Virgen.
Pero lo importante es que NUNCA dejemos de rezar algo, de hablar con Dios, con la Virgen y con los Santos y Ángeles, ya que de lo contrario estaremos perdidos en corto tiempo.
Y a veces nuestra oración sólo podrá ser el reclinar nuestra cabeza sobre el pecho de Jesús y el pecho de María, y estarnos así disfrutando de esa paz y consuelo.

sábado, 30 de abril de 2016

Reflexiones...

Reflexionando con la Biblia

Y dijo Dios: “Haya luz”.
Y dijo Dios: “Haya luz”; y hubo luz. Vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas las llamó noche. Y hubo tarde y hubo mañana: primer día. (Génesis 1, 3-5)
Reflexión:
Comienza aquí el relato de la creación, cuyos primeros tres días están dedicados a crear los espacios, y los siguientes tres días a ornamentarlos. Estos días de creación no hay que entenderlos como días de veinticuatro horas, pues dice la Escritura que para Dios un día es como mil años, y mil años como un día. Es un largo período de tiempo, porque Dios no tiene apuro para hacer sus cosas. Esto nos debe aleccionar a nosotros, que a veces queremos la conversión urgente de nuestros hermanos y queremos todo ¡ya! No actúa Dios de esta forma y tiene paciencia con todos. Imitemos a Dios en esto y sin ser perezosos, sepamos esperar con paciencia, pues como dice Santa Teresa de Jesús: “La paciencia todo lo alcanza”.

viernes, 29 de abril de 2016

Lo recibido...

Lo recibido.

Siempre debemos ser agradecidos con Dios por las cosas recibidas a lo largo de nuestra vida. Y aunque a veces nos parezcan que fueron cosas menos buenas, no nos apuremos a juzgarlas todavía, porque quizás con el paso del tiempo o en la misma eternidad, cambiaremos nuestro juicio, nuestro punto de vista sobre ellas. 
También recordemos que se podría dar el caso de que si otro hubiera recibido todos los dones del Cielo que hemos recibido nosotros, quizás los habría empleado muchísimo mejor que nosotros y habría dado muchos más frutos que los que hemos dado nosotros. 
Que este pensamiento nos haga ser humildes, y nos ayude a no juzgar a los hermanos, porque tal vez ellos no han recibido lo que, por gracia de Dios, sí hemos recibido nosotros. 
Siempre humildad y misericordia, compasión y perdón. Dejemos a Dios el juicio, porque hay muchos factores que intervienen en las acciones humanas, y nosotros sólo vemos las apariencias. 
Centrémonos más en nosotros, en trabajar por hacer producir frutos con los dones que el Señor nos ha otorgado, porque a quien más se le ha dado, también más se le pedirá. Y si bien es una gracia el haber recibido mucho, también es una gran responsabilidad y compromiso, porque deberemos devolver en proporción. 
Así que siempre la humildad, porque Dios detesta a los soberbios y ama y ensalza a los humildes.

jueves, 28 de abril de 2016

El tiempo...

MEDITACIÓN DE HOY

El tiempo.
Cuando miro hacia el futuro, me atemorizo, 
Pero ¿por qué sumergirse en el futuro? 
Para mi solamente el momento actual es de gran valor, 
Ya que quizá el futuro nunca llegue a mi alma.
El tiempo que ha pasado no está en mi poder. 
Cambiar, corregir o agregar, 
No pudo hacerlo ningún sabio ni profeta, 
Así que debo confiar a Dios lo que pertenece al pasado.
Oh momento actual, tú me perteneces por completo, 
Deseo aprovecharte cuanto pueda, 
Y aunque soy débil y pequeña, 
Me concedes la gracia de tu omnipotencia.
Por eso, confiando en Tu misericordia, 
Camino por la vida como un niño pequeño 
Y cada día Te ofrezco mi corazón 
Inflamado del amor por Tu mayor gloria.
(Santa Faustina Kowalska – Diario, #2)
Comentario:
El tiempo pasa y no se detiene. Lo que ya pasó no podemos cambiarlo aunque quisiéramos. Tenemos que dejar el pasado en la misericordia de Dios. Y en cuanto al futuro, es mejor no pensar en él porque tal vez no llegue nunca. Lo importante es vivir bien el momento presente. En el momento presente es que debemos ser santos. No hay que esperar al futuro para ser santos, sino que “hoy” debemos ser santos, “ahora”, en cada cosa que hagamos, porque no sabemos si el momento siguiente al actual se nos concederá por la Providencia divina. Aprovechemos el día para ganarnos el Cielo, porque el momento que pasa no vuelve. Si pensáramos en esto más a menudo, no perderíamos el tiempo a veces tan inútilmente. Recordemos que vivimos una sola vez, y de lo que obremos en esta vida, dependerá nuestro destino eterno: Cielo o Infierno. Meditemos en ello.

miércoles, 27 de abril de 2016

El pasado...

Vuelve a empezar

El pasado nos ata.
A veces no nos atrevemos a volver a empezar porque nos hemos quedado atados y anclados en el pasado, pues en él hemos cometido errores que no nos dejan ser felices hoy, ni comenzar una nueva vida.
Pero ¿pensamos que Dios, desde toda la eternidad, sabía que las cosas iban a suceder como sucedieron? ¿O acaso creemos que Dios no tenía previsto lo que hicimos mal? ¿No sabemos todavía que Dios escribe derecho en líneas torcidas? ¿Acaso Dios no sabe sacar el bien de todo el mal que se hace? Creerlo así es dudar de la omnipotencia de Dios.
Entonces recordemos y sepamos que todo lo que hemos hecho, por malo que haya sido, estaba en los planes de Dios, que Él lo sabía y que pondría todo el remedio para que nosotros lo pudiéramos solucionar. ¿Cómo? Dejándolo en la Misericordia de Dios, y lanzándonos hacia adelante, viviendo bien el momento presente, que es el que Dios nos regala para reparar y amarlo a Él, para borrar, con nuestro amor a Dios y a los hombres, lo malo que pudimos haber hecho.
Y recordemos que lo que Dios perdona, lo perdonan todos, incluso seres que ya han muerto. Así que, si todavía no lo hicimos, vayamos a confesarnos con el sacerdote católico, que tiene el poder de perdonar los pecados, y salgamos nuevos de esa confesión, sabiendo con seguridad que Dios ya nos ha perdonado, y todos los hombres nos han perdonado con Él.

martes, 26 de abril de 2016

Mensaje...

Mensaje de la Reina de la Paz (Medjugorje) con comentario

Viernes 26 de JUNIO de 1981. En respuesta a la petición de una señal, dijo:
"Bienaventurados aquellos que no ven y creen".
Y a Marija sobre el ayuno:
"...es necesario creer, rezar, ayunar y confesarse"
Comentario:
Aquí la Virgen nos da un mensaje que es como un resumen de lo que debemos hacer para salvarnos y ayudar a salvarse a nuestros hermanos: “Es necesario creer, rezar, ayunar y confesarse”. En estos tiempos hay una gran apostasía en la Iglesia Católica donde muchos fieles están perdiendo la fe. ¿Y por qué se pierde la fe? Porque no se reza. En la oración recibimos gracias para mantener viva la fe y aumentarla. Y tampoco ayunamos, es decir, no nos mortificamos o muy poco, y entonces al estar acostumbrados a no hacer ningún sacrificio, también nos cuesta ponernos a rezar, pues eso demanda una negación a nosotros mismos y a veces un vencimiento. Y en la confesión sacramental recibimos el perdón de Dios y nuevas fuerzas para rezar y ayunar y crecer en la fe. Además la confesión nos va curando de todo el mal que se fue acumulando en nuestra alma por los pecados pasados ya perdonados. Así que en esta sencilla frase tenemos todo un programa de vida que nos da nuestra Madre del Cielo. Hagamos el esfuerzo por llevarlo a cabo.
Reina de la Paz, ruega por nosotros.